Marina Salas: “En vez de envidiar y querer lo que tiene el otro, lo que hay que hacer es aprender a admirarlo”

By 20 de març de 2019 juliol 12th, 2021 cultura

Marina Salas, actriz de cine, teatro y televisión, es popularmente conocida por sus papeles en Tres metros sobre el cielo, Tengo ganas de ti, o la serie El barco de Antena 3. En sus inicios, Marina Salas estudió en la escuela de Teatro Memory de Barcelona, en Nancy Tuñón y en La Barraca.

¿Cómo recuerdas tus inicios? ¿En qué momento decides que te quieres dedicar a esto?

Desde muy pequeñita, cuando me preguntaban qué quería ser de mayor yo respondía: “¡Actriz, actriz!”. Siempre quise dedicarme a esto pero no lo tenía asumido como profesión en sí hasta que empecé a hacer castings, estudiar en la Escuela de teatro…

¿Y tus padres se lo tomaron bien?

Sí, la verdad es que siempre me han apoyado mucho. Tampoco se lo tomaban muy en serio, era como: “Bueno, que la niña haga…”.

¿Empezaste alguna carrera antes?

Bueno, terminé el Bachillerato y empecé Humanidades, pero nada, fuí a clase un día. (Ríe) Estaba ya trabajando en una serie y formándome en la Escuela de Teatro.

¿Cómo es ser una actriz adolescente? ¿Te paran mucho por la calle?

Va un poco a épocas. Cuando estás saliendo más por la tele, te paran más y cuando no, menos. Durante las épocas que estás haciendo teatro, no te paran tanto. (Ríe) Es normal.

¿Llevas bien ser una cara conocida?

Sí, vas aprendiendo a relacionarte con ello. Al principio es algo nuevo, pero luego empiezas a reconocer todas sus partes, las que te gustan, las que no…

¿Te ha ayudado a ligar más?

No. A ver, igual ayuda a que se fijen más en ti, pero yo no ligaba más. Me refiero a que a nivel de resultados, no me fue mejor. (Ríe)

¿Cuál dirías que es el aspecto más negativo de tu profesión?

Hay muchos. Todo depende según como lo mires, es muy relativo. Depende del momento en que te pille, como te pille, qué aprendes tú de ello… Para mí, igual la inestabilidad.

Naciste en Cornellá pero estás establecida en Madrid.

Sí. Con diecisiete años me fuí a Londres, pero ya había pasado antes por Madrid para hacer algún capítulo. Al muy poco tiempo me salió trabajo en Madrid y entonces ya me vine y me quedé. También estuve viviendo una temporada en París para aprender francés.

¿No te planteas volver a vivir a Barcelona?

No, a vivir no. Madrid tiene otra vida, está más viva. Tiene mucha más calle, más movimiento… Es otra energía. Y Barcelona es mi ciudad y es preciosa, ¿eh?, pero no tiene esa vibración. Tiene mar, montaña, es muy cosmopolita… pero considero que Madrid está más asentada, la veo más como un lugar donde construir y tener familia.

¿Qué recuerdo guardas de Cites?

¡Muy bonito! Pau Freixas me propuso hacer una prueba para el papel de Gina y la verdad es que hubo muy buen rollo y fue todo muy fácil. Es una serie muy fresca, me gustó mucho. Tengo muy buen recuerdo de Cites.

¿Cuál es tu historia de amor favorita?

Todas tienen su qué, pero me gustó especialmente la de Laia Costa y Nausicaa Bonnín.

Tres metros sobre el cielo fue un boom. ¿Cómo lo viviste?

Sí, fue una época muy buena. La rodamos aquí en Barcelona e hice grandes amigos. De hecho, el chico que estaba de ayudante de dirección, ahora me está dirigiendo unos capítulos en Hache. Luego con Fernando González, director de Tres metros sobre el cielo,  también hice El barco, y lo quiero mucho.

¿Cuál ha sido el personaje que más te ha marcado?

Hay varios. Katina de Tres metros sobre el cielo lo recuerdo con especial cariño. En teatro, La gaviota, ya que mi personaje era así más complejo a nivel teatral y requería otra implicación que hasta entonces no había tenido… Desaparecida, una serie que hice cuando llegué a Madrid también me marcó mucho… A veces, más que el personaje en sí, lo que te marca son los momentos, las personas y todo lo que descubres durante el proceso.

¿Qué harías si te cogieras un año sabático?

Aprendería a tocar el piano y a cantar. Que de hecho ya estoy haciendo clases de voz, pero iría más a menudo. Y creo que aprovecharía para irme a los Estados Unidos a hacer un Máster de cine o algo parecido.

¿Tienes algún referente?

Sí, un montón. A veces cuando tengo que preparar un papel pienso: “¿Qué haría esta actriz?” (Ríe) Pero me va a épocas. Para algunas cosas tienes un referente y para otras otra. Penélope Cruz, por ejemplo, podría ser un referente para mí en muchas cosas. Y amigas mías muy cercanas también pueden serlo, son inspiraciones. Creo que en vez de envidiar y querer lo que tiene el otro, lo que hay que hacer es admirarlo. Eso es lo que te inspira. Al final, todo está lleno de información que uno puede coger y hacer que le sirva, lo importante es ser procreativo y no destructivo.

¿Algún director que te gustaría que te llamará?

Sí, de aquí me gusta mucho Isabel Coixet, no he trabajado nunca con ella pero me encanta. Rodrigo Sorogoya también me gusta mucho, Mariano Barroso me encanta… Paula Ortiz, Jaime Rosales… No sé, mucha gente. Y luego también hay un montón de directores jóvenes que están haciendo cosas súper chulas.

¿Y proyectos de futuro?

Pues justo acabo de terminar el rodaje de Hache, una nueva serie de Netflix que se estrenará este 2019. E iba a empezar una obra de teatro, con Secun de la Rosa, pero nos llamaron hace unos días para decirnos que al final no. Era una versión de una película de Julieta Serrano.

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